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OPINIÓN

San Luis, sus bellezas naturales y nuestras desaprensiones ecológicas y del medio ambiente

Por Gerardo Velázquez (*)

Foto gentileza
Actualizada: 23/02/2023 10:35
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La cuestión ecológica, no solo es un tema de la actualidad sino tiene que ver con la responsabilidad y conciencia como integrantes de una sociedad.

Nuestra provincia es reconocida y visitada por cientos de turistas por sus bellezas naturales. Sus diversas regiones topográficas; montañosas, llanas, de sierras, humedales, salitrosas, despiertan en nosotros sentimientos de orgullo y legítima pertenencia.

Mi cercanía al hobby de las motos, me ha permitido observar en los últimos años, la creciente visita de motoristas de diversos rincones del país, permaneciendo y recorriendo nuestra provincia. A ello debemos agregar, muchos jóvenes de la provincia, que se suman a esa enorme legión de aventureros sobre dos ruedas.

Una de las regiones más visitadas es el circuito chico, que llega hasta la zona de la Carolina y sus adyacencias. Vivenciar el camino La Carolina a San Francisco del Monte de Oro, es una experiencia imperdible.

Por ahora, me voy a referir al camino de montaña que une Rio Grande y Nogolí. Gracias a las últimas precipitaciones el Dique Antonio Esteban Agüero, camina a recuperar su cota habitual, por consiguiente, el verdor en las sierras se manifiesta en todas sus tonalidades.

El curso de los ríos en la región, han recuperado sus habituales cauces, trayendo sonoras aguas cristalinas, para el deleite de la flora y la fauna de esos hermosos lugares, que invitan a la contemplación y la admiración en cada recodo del camino.

De diferentes puntos altos de las sierras se pueden apreciar en el horizonte, -allá a la distancia- el Cerro El Morro, los Cerros del Rosario, los cerros Tomolosta, los cerros Mellizos, Sololosta, El Amago, el Dique La Florida.

Del otro lado, hacia Nogolí, otras vistas espectaculares como las Sierras de las Quijadas y las propias Salinas del Bebedero. Disfrutar de la puesta del sol, en esos escenarios naturales, es una experiencia inolvidable.

Flores silvestres, el verde de la vegetación, la piedra de todos los colores, las pircas que corcovean la geografía y los cerros. El canto de los pájaros, los negros zorzales, reyes de la comarca, surcando el cielo azul, entre los rayos del sol, es una postal sin igual en la tarde de febrero.

Dos hermosos miradores se están construyendo, para el regocijo de los visitantes y aquellos que tienen afinidades con la fotografía. Espero que esos paradores se completen con algún espacio para sombra, las altas temperaturas señorean en esas alturas.

Creo que los sanluiseños en general, no alcanzamos a dimensionar y valorar realmente, nuestras muy variadas bellezas naturales, que se desparraman en toda la amplia geografía provincial.

Los caminos, los diques, los balnearios, miradores, está muy bien que se construyan para ampliar las posibilidades de crecimiento de los rincones turísticos. Deben contar con los servicios públicos básicos, la cartelería, referencias culturales indicativas de lo que ofrecen las localidades como opción para quedarse o visitar por parte de los turistas, son muy escasas o nulas en algunos lugares.

Los aspectos de cuidado, difusión, protección de los ámbitos naturales, no son suficientes o directamente ausentes.

En el camino de Río Grande a Nogolí, existen amenazas de derrumbe a la vera del camino, a simple vista se puede observar zonas rocosas de las sierras, con piedras muy fragmentadas que, por la acción del tiempo, viento y el agua, se desprenderán hacia el camino.

En algunos sectores del camino, no existe la posibilidad de usar la banquina. La vegetación y montes serranos avanzan inexorablemente hacia el asfalto.

La falta de mantención y limpieza es evidente.

Los animales sueltos están siempre presentes. No hay cuidado y responsabilidad de sus dueños, con el consiguiente peligro y saldo luctuoso que la fría estadística indica cada día en las rutas y caminos de nuestra provincia.

Además de lo enunciado, es muy preocupante la presencia de cientos de miles de cubiertas en desuso que están a lo largo del camino, especialmente en la zona cercana a Nogolí.

Están unidas, atadas con la intención de brindar protección a ciertas actividades deportivas que se hayan o estén realizando. Lo cierto es que hoy, implican una grave y sensible amenaza al medio ambiente.

La presencia de lluvia en la zona, las altas temperaturas hacen que las cubiertas acumulen cierta cantidad de agua y aquella que corre, van hacia el curso de los ríos que, inexorablemente se contaminan.

La otra mayor gravedad es que, si se da un incendio, las cubiertas se transforman en un foco ígneo latente|, con un saldo de graves consecuencias para todo el sistema ecológico de la zona.

Ojalá que nunca tengamos que lamentar y reprocharnos que pudimos evitar un desastre y no lo hicimos. Abogo siempre por cualquier actividad deportiva, pero si hubo alguna, tendrían que haber sido retiradas inmediatamente.

Siempre hice una multiplicidad de notas para que las autoridades tomaran recaudos para corregir alguna anomalía o errores, nunca obtuve una respuesta alguna.

Hoy, como simple ciudadano, elijo hacer conocer estas circunstancias de esta manera.

La problemática del cuidado del medio ambiente le corresponde al estado en sus diferentes agencias y a los ciudadanos argentinos respetar, cuidar, valorar y denunciar cuando existen graves riesgos implícitos, de daños ecológicos y la potencial pérdida de vidas humanas.

El texto expositivo, no tiene la intención de cargar culpas sino mostrar hechos y evidencias de competencia de las autoridades que corresponda, para llamar su atención y que actúen en consecuencia.

Para generar conciencia respecto al tema medio ambiente, que es de incumbencia de los estados y la propia sociedad de la cual formo parte.

¡VIVA SAN LUIS!

(*) Comisario retirado de la Policía de San Luis

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